En otros besos que no di, en los que ya quedaron atrás. En eso de que me quite los calcetines para sentir más. En eso de que te escupo sin poder decirte nada más. En eso de que te perdono por hacerte daño, y habito tu verso, castigando a mi corazón a no sufrir por ti jamás. En eso de que te veo, las piernas te tiemblan y mis labios hablan solos. En eso. En eso de que nunca pasará, y ojalá volviéramos atrás. En eso de que tu escapismo y mis ojos se encuentran, se desean y se matan. En eso de que yo soy a veces, y tu a ratos. Eso de que me hieres y yo te mato. Eso. Y si te soy sincera, mi autodestrucción, mi libertad, tu libertad y tú me matan. Que mis credenciales no me dejan suplicar, que mis ojos no me dejan por ti besar más. Que aunque me muera de ganas de quererte, me dan ganas de matarte. A veces a besos, a veces a puñaladas. Eso de que piensas que el amor es venenoso, y si te soy sincera, sólo a ratos pienso que eres mi veneno, mi alma, mi sol. Y no importa. Igual que tú no estoy en condiciones de dirigirte, de sentirte, de que te mueras en mí. Y si te soy sincera, yo por eso mataba. No me canso de repetirte en mi cabeza, a veces solo, a veces en tregua, a veces contigo, a veces sin mí. La pena se juntó y no hizo más que destruir ilusiones, nuestro carnaval se ha pasado, y mi disfraz se ha caído. Así soy, si lo quieres bien, no queda más.
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