"Cuando tus días tengan el mismo roll pero sin rock, aún así serás ."

domingo, 6 de marzo de 2011

No te voy a decir que canción suena.


Clinc, clinc , otra vuelta al café. Hablo de política y de Dios, con Gonzalo. Tu no lo conoces. Clinc clinc, otra vuelta. Estoy en la cafetería que hay enfrente de tu casa, esa tan bonita, donde la luz es muy suave, los techos muy altos, las sillas muy incómodas y el café tan caro. Me quedo absorta mirando los ojos de Gonzalo, de color verde suave… Siempre le miro a los ojos cuando me habla, porque me hipnotiza. Como ya sabes mis cafés son larguísimos, hablo muchísimo y bebo poco café, porque lo odio. Pero hoy necesito despertar, ha sido un día duro. De repente, suena esa canción. Y empiezo a cantarla con mi corazón. Me da un sobresalto, y me dice que esa canción le suena demasiado, y que yo también sé que me suena a ti. Que la escuchábamos por las tardes en tu casa, tumbados en tu cama, y mirándonos. O follándonos hasta el alma. De repente Gonzalo mueve los labios sin parar, y yo no le escucho, solo estamos mi café, la canción y yo en el local. Mi corazón se acelera, y te juro que sentí como el estomago me dio un vuelco. Hacía mucho tiempo que no recordaba cómo me mirabas cuando me cantabas esa canción al oído, mientras jugábamos a nuestro juego...  Clinc, clinc, vuelta al café y un sorbo. Gonzalo sigue hablando, y yo me acuerdo de ti. De tus ojos, de tus brazos, de tu espalda. De tu pelo y de tu risa… La canción está a punto de acabar, gracias a Dios, es una sensación muy rara removerte de nuevo, de verte ahí tan presente, yo que pensaba que estabas tan pasado. Gonzalo vuelve a sonar, yo me rio por que ha contado un chiste malo de política. Otra vuelta al café. Y de un sorbo me bebo tu recuerdo. 

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